Pues justamente esta ha sido de las escasísimas escenas donde la intentona final culmina en un éxito arrollador, ganando el partido en una jugada imposible de las que marcan historia en la localidad. El valiente portero, como si se tratase de un Messi en potencia, se mete entre las líneas rivales para acabar recibiendo un pase de la muerte, de los que nadie piensa que es peligroso por recibirlo un jugador novato.
Y vaya gol, vaya técnica, una chilena digna de los campeones consagrados, dejando a todos los presentes boquiabiertos ante la jugada que les han hecho en sus narices. Una proeza de las que pasan una vez en la vida cuando eres futbolista, quedando para el recuerdo de todos los que participaron en el mítico partido.


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