Esta sirena fue descubierta por un niño en la playa. El muchacho se fue acercando poco a poco a la sirena, tanteando lo que ocurría con ese extraño ser que estaba envuelto en arena. Más allá de la valentía o el miedo está la prudencia, y el chico fue perdiéndola poco a poco cuanto más se acercaba, en vez de ir a buscar ayuda lo antes posible.
La sirena le atacó, aunque por suerte el chico pudo escapar rápidamente antes de sufrir daños. Esperemos que esta sirena no sea la primera de muchas, dispuesta a atacar a todo el que se acerque a ellas aunque sea con intención de ayudarlas. Ojalá, si ocurre esto, estemos preparados.


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