Un hombre rico quiso comprobar la lealtad de su novia y poner a prueba su amor hacia él y planeó un montaje muy real para fingir su propia muerte y observar la reacción de ésta. Para ello, Alexey Bykov de 30 años de edad organizó un montaje que ni muchas peliculas de estreno en los mejores cines.
Alexey contrató a un director de cine, varias personas expertas en efectos especiales y un guionista de la gran pantalla para escenificar un falso accidente de tráfico que daría a su novia el susto de su vida. Irina, su novia, debía reunirse con él en un lugar específico donde se encontraría con el sanguinario montaje preparado.
Todo una escena que ni las mejores producciones de Hollywood, pues cuando la novia llegó al lugar se encontró a su novio tendido ensangrentado y un médico aplicándoles los primeros auxilios ”sin éxito”. Tras recibir Irina la noticia de la muerte de su novio, comenzó a llorar desconsoladamente.
La escena era impresionante; trozos de coche tirados por todas partes, ambulancias, humo y una capa de sangre que lo cubría todo: su novio ensangrentado y muerto en el asfalto. Alexey quiso hacer ver lo vacía que sería la vida de Irina sin él.
Una vez comprobado que su novia le amaba, se levantó y le pidió matrimonio.
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